Abril 2025
Renée Carvajal
La inteligencia artificial (ia) llegó para quedarse. A algunos nos encanta, a otros les asusta, pero es innegable que se ha convertido en una de las fuerzas más transformadoras de nuestro tiempo, y que afecta en diversos aspectos a la vida humana, siendo uno de ellos la literatura.
Los amantes de las letras a menudo nos preguntamos qué pasará cuando la ia comience a intervenir en el proceso de creación de textos. ¿Se perderá el arte o la humanidad en ello? ¿Cuál será el límite que defina la originalidad y la voz única de los autores? ¿Dónde radicará el valor de la palabra escrita? ¿Qué factores definirán la calidad literaria?
Existen programas de software y aplicaciones que generan poesía, que ofrecen propuestas de trama, que sugieren ideas innovadoras, incluso algoritmos que pueden crear novelas completas. Esto ofrece a los nuevos escritores una fuente inagotable de inspiración. Yo creo que, utilizado de manera correcta, se convierte en un compañero creativo que puede ayudar a superar bloqueos y expandir horizontes, más que en una competencia o un asesino del arte.
Sin embargo, la literatura siempre ha sido un reflejo de la experiencia humana, se crea a partir de lo vivido por los escritores, las reflexiones personales, las emociones que desean plasmar en papel para ser compartidas con otras personas. ¿Dónde queda entonces el límite? Nos asustan los avances tecnológicos, pues el ser humano siempre ha temido que se le remplace; pasó en la Revolución Industrial y está ocurriendo en esta era digital. Pero lo cierto es que cada avance ha abierto nuevas posibilidades para la innovación y la creación artística.
La literatura ha sobrevivido a numerosos cambios a lo largo de la historia: desde la invención de la imprenta, hasta la llegada de los libros electrónicos y las plataformas digitales; la forma en que escribimos, leemos y compartimos historias ha cambiado radicalmente. La integración de la inteligencia artificial podría ser otra etapa en su evolución. Siempre será la voz humana la que aporte profundidad y significado a la palabra escrita, pero la tecnología abre nuevas fronteras. Pienso que, aunque presenta desafíos y dilemas éticos, a medida que escritores y lectores navegan por este nuevo territorio, el futuro de la literatura estará enriquecido y en evolución constante, lo cual puede acelerar el proceso creativo e inspirar nuevas ideas y enfoques que no se habían considerado.
Lo importante es que, como lectores, desarrollemos un criterio para diferenciar entre la literatura buena o mala, independientemente de si fue creada con ayuda de ia, o no. Debemos aprender a evaluar aspectos como la originalidad, que sea una historia bien construida, con un desarrollo coherente, giros interesantes, personajes con los que sea posible establecer una conexión emocional, la calidad y buen uso del lenguaje, entre otros factores que hacen que cataloguemos un texto como bueno o malo. La apreciación literaria es un viaje personal y evolutivo, y pienso que por la época en que nos tocó vivir, debemos considerar a la ia como parte de la ecuación.
En lo personal, me emociona ser testigo de la evolución de la literatura a través de la ia. Estoy a la expectativa de conocer las fronteras que traspasaremos, las creaciones que no habíamos imaginado posibles, los nuevos estilos y autores que surgirán gracias a esta herramienta. Creo que la capacidad de innovar y adaptarnos a estos cambios es lo que garantizará que la literatura siga siendo un reflejo dinámico de la experiencia humana en el mundo moderno.