¿Es verdad que las nuevas generaciones leen menos?
@escape_de_letras
Muy seguido escucho, sobre todo de adultos, decir que los jóvenes leen cada vez menos. Pareciera que las redes sociales, videojuegos, pantallas y la desmotivación mantienen alejadas a las nuevas generaciones del hábito de la lectura, pero ¿es esto verdad?
En marzo del 2023, Irene Vallejo, filóloga, escritora, amante de los libros y estudiosa de la palabra escrita, dio una respuesta bastante esperanzadora a un participante del club de lectura virtual Escape de letras cuando le preguntó qué opinaba sobre el decadente habito de leer en los jóvenes.
Su respuesta no solo me abrió los ojos ante una realidad innegable, sino que también me llenó de motivación. Irene, con la calma que la caracteriza, sonrió y dijo que esa era una pregunta que recibía de manera frecuente.
Comentó que le sorprende que tengamos ese pensamiento y que le gustaría saber, de las personas que hacen estas afirmaciones, en qué se basan o con qué están comparando los números y estadísticas, porque ella, que ha dedicado su vida como filóloga al estudio de la palabra escrita desde su creación hasta nuestros días, nos asegura que nunca en la historia habíamos tenido tanto acceso a la literatura. Irene nos hizo ver que en el mundo se imprimen muchos libros por minuto, tenemos libros de diferentes temas y escritores como nunca.
Gracias a numerosos esfuerzos en educación, cada vez hay menos analfabetas; depende mucho el país y las regiones, pero es un problema que se ha combatido y se sigue combatiendo.
Jamás habían existido tantas bibliotecas públicas y con acceso gratuito para todos. Tenemos literatura en diferentes formatos: físicos, electrónicos, de bolsillo, audiolibros, entre otros. Nos recordó que antes aprender a leer estaba prohibido para la población en general, eran solo los monjes, los monarcas o las clases altas, y principalmente los hombres, quienes tenían acceso a ello.
Conforme ha pasado el tiempo, la lectura y la escritura han ganado terreno en todas las culturas, géneros, edades, clases sociales y nacionalidades. Es una visión optimista pero cierta, como sociedad hemos tenido un gran avance pues somos, sin lugar a duda, una generación lectora. Y aunque sigue siendo un acto elitista, pues un libro es un artículo caro y la educación todavía es inalcanzable para algunos, definitivamente estamos mucho mejor que en otras épocas.
Que se debe seguir inculcando el amor por los libros, ¡por supuesto! Que todavía falta mucho por hacer, sin duda. Que una gran mayoría de los jóvenes decide gastar su tiempo libre en pantallas en lugar de en lectura, es innegable.
Pero ¿estamos peor que antes? No. Nosotros como adultos somos los responsables de recordarles a los jóvenes que la literatura es maravillosa, que leer es una herramienta que servirá para construir su intelecto y conocimientos, independientemente de a qué se dediquen.
Debemos ayudarlos a reconocer los privilegios de los que gozan para que puedan aprovecharlos. El mensaje sería decirles que lo estamos haciendo bien. Sembremos en ellos, con el ejemplo, las ganas de continuar así, animémoslos a disfrutar los beneficios de haber nacido en esta época de fácil acceso a los libros, y, sobre todo, enseñémosles a leer sin culpas y por placer.